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Sobre Mi

“Cuando aprendes a liderarte, el exterior se convierte en tu escenario”

 

Hola, Soy Javier Solís, Javi. ¡Quiero contarte un poco acerca de mí!

Soy considerado como “la luz de los ojos de mi casa”, aunque mis dos hermanas mayores opinen lo contrario, 😄😄😄 .

 

Tuve la fortuna de nacer en Colombia y ser criado por dos maestros de cinturón negro (lo digo por los correazos que me ganaba).

Mi padre, Francisco Solís, fue mi mentor al enseñarme cómo resolver y afrontar cualquier situación en la vida; mi madre, Rosa Emilce Hernández, fue mi entrenadora en habilidades blandas, me dio las claves necesarias para hacer rendir el dinero, ser creativo en la cocina y ver la vida siempre del lado positivo. Para cerrar la rueda de la fortuna conté con mis hermanas Rocío, encargada de salvarme en los momentos difíciles, y Yady, responsable y coequipera de travesuras e innovación.

Desde pequeño fui el rebelde de la familia, tanto que no me dejaban solo con mis hermanas. Cada vez que mi madre salía de casa, debía llevarme con ella, pues de no ser así terminaría estropeando sus juegos de niñas.

Cuando entré al colegio me adapté fácilmente y logré conocer buenos amigos. Sin embargo, viví aquello que hoy todos llaman bullying.  Fui el niño que llevaba el balón de fútbol pero que no incluían en ningún equipo, y tampoco llamaba la atención de ninguna niña. Ya en la niñez empezaba a experimentar los sabores agridulces que recubren la vida. En fin, no pretendo entrar en detalles porque seguramente nunca terminaría.

En mi casa nunca sobró el dinero, pero tampoco faltó la comida. Creo que por esa razón me gusta la magia, porque no tengo idea de cómo mis padres lo lograban, pues siempre cubrían cada una de nuestras necesidades y también alguno que otro capricho.

Cuando finalmente terminó mi época de primaria, sentí que comenzaba una nueva vida, era empezar de nuevo en el bachillerato, como una segunda oportunidad. Así fue; aunque también pasé muy buenos momentos, no todos fueron los mejores.  

El bullying regresaba esta vez asociado a mi aspecto físico. Los primeros tres años de bachillerato era yo quien tenía el título de El gordito del salón; en contraste, los últimos tres años fui llamado El fideo del salón. Parecía que ningún estado físico era el indicado, y para rematar no lograba desarrollar ninguna habilidad deportiva, lo cual implicaba que no merecería la admiración de las chicas. Así es, no tuve novia durante esta etapa de mi vida.

Sin embargo, había algo muy valioso que empezaba a destacarse en mi personalidad; era la confianza que tenían las personas para contarme sus más íntimos secretos, y mi capacidad para escucharlos, se desahogaban narrándome sus problemas y hasta esperaban recibir algún consejo acertado de mi parte.

Una vez terminé mi etapa escolar, venía el importante paso a las grandes ligas universitarias, con tan mala suerte que no logré pasar a la universidad Nacional ni tampoco a la Distrital. Pagar entonces una universidad privada en ese momento, no era la mejor opción para mi familia.

Por fortuna, luego de terminar una carrera técnica, pasé a mi querido SENA y digo querido porque debido a esos estudios, logré ser patrocinado por Janssen Cilag, una compañía de Johnson & Johnson. Gracias a la oportunidad que me dieron y a mi buen desempeño, extendieron mi contrato, brindándome una luz y la posibilidad de costearme mi carrera profesional.

Una vez estando en J&J, me prometí desarrollarme al interior de la compañía, recordando siempre las palabras sabias de mi padre: “Nunca digas que no sabes, investiga y aprende para seguir creciendo”.

Entre los cierres de mes en la empresa y los parciales finales de mi carrera universitaria, logré graduarme como profesional en Mercadeo y Publicidad. Una carrera que elegí porque sabía que a través de esta podía crear mundos teñidos de nuevos colores, inventar sonidos o quizás ese universo mágico en el que todos tuviéramos las mismas condiciones y también lograr el disfrute de lo positivo de la vida.

Mi vida universitaria fue una experiencia mágica en la que aprendí el verdadero significado de ayudar a los demás: dar sin esperar; apoyar a otros cuando no estaban en su mejor momento, siempre recordando el esfuerzo necesario para avanzar en cada semestre y así aprovechar al máximo los momentos de formación y de creación de proyectos innovadores que son ofrecidos en la educación profesional.

En J&J tuve el placer de crecer y estar por casi 13 años aportando desde mi vocación por servir e impactar positivamente la vida de cada paciente que recibía los productos de la compañía.  Los últimos cinco años fueron reveladores para mí, porque después de asumir el gran reto de aprender a liderar personas, descubrí que verlos desarrollarse y crecer día a día desde sus habilidades, me devolvía una felicidad absoluta que se relacionaba con mi motivo creador.

En esta compañía conocí a mis mejores mentores y modelos a seguir, personas generosas; cuidadosas de sus palabras; humildes y siempre con la mejor actitud para acompañar mis aciertos y guiarme en los desaciertos.

Mi historia en J&J no podía terminar mejor, pues fue allí donde conocí a mi hermosa esposa, Viviana, quien llegaría a mi vida para iluminarla e inspirarme, pero sobre todo para acompañarme a crecer con el más puro de los amores y su más hermosa sonrisa.

En la actualidad y con el ánimo de aportar más a mi equipo y a las personas en general, tomé la decisión de capacitarme y certificarme como Coach y posteriormente como Trainer Haz Que Suceda®; todo esto con el firme propósito de brindar a las personas las herramientas necesarias para su desarrollo y crecimiento personal. 

Puedo decir que hasta el momento he podido enfrentar algunas de las decisiones que día a día rodean e inquietan nuestra mente, llenándola de miedo: renunciar a un cargo soñado como lo hice en el 2020, enfrentar la excusa de la falta de tiempo, y sin embargo tenerlo y no saber qué hacer con él, tener el miedo de llegar a ceros en la cuenta bancaria, y seguir adelante. Situaciones que le dejan la puerta abierta a la incertidumbre y en las que cualquier cosa puede suceder.

Todas estas experiencias son las que me han impulsado a adquirir nuevas habilidades e inspirar desde mi camino, sin pretender tener la respuesta correcta sobre cuál es la ruta perfecta, porque evidentemente cuando te haces cargo de lo que eliges, nada ni nadie podrá cuestionarte ni interrumpir la tranquilidad con la que vives.

Hoy te abro mi corazón para acompañarte a transitar en tu proceso con el firme propósito de que des vuelta en U, evalúes y redirecciones tu recorrido.

P.D: Casi olvido algo muy importante, les presento a mi Directora de Felicidad – Parcera, quien es la encargada de asegurar que este siempre con la mejor actitud frente a la vida.

Sus enseñanzas desde que llego a nuestras vidas han sido invaluables, creo que es el reflejo que nos recuerda la importancia de los pequeños detalles.

Todo mi cariño y amistad, espero poder acompañarte en este viaje llamado Vida